Y no más, ¿Qué voy a hacer? Me mentiste, sólo he de desaparecer.
Pero yo te amo.
Te amo.
Pero no quiero morir: Te quiero.
Pero no quiero morir.
Te extraño, vuelve. ¿Qué puedo hacer? Regresa, muero por ti, regresa con tu sonrisa, vuelve, no me dejes.
Déjame ser parte de ti, la vida continúa, la vida continúa, pero yo te amo como nunca. Te amo.
Déjame saber que estas ahí.
Déjame saber que te quiero con solo despertar y saber que puedo decir que estas ahí.
Que te puedo amar, pero sutilmente.
Suéltame, déjame libre en tu pensar, déjame salir, déjame vivir la vida junto a ti
Déjame quererte por los dos.
Déjame sentir el amor al menos esta noche.

Estruendosa fuente de vida fulminante. Amanecer bañado de alegría -porquería-.
Al nacer puedo contarte que estás muerta y que el dolor está cerca.
Que la vida ya no existe y no es mio el dolor que no espera.
Puedo pasar a tu lado sin sentir miedo pero puedo sentir que te quiero.
Más pena da el dolor humano, el que me atrae, y es el pensar equívoco el que mantiene cuerdo
Y tú, fiel aguacero, lamento decirte que eres sólo un objeto y la doña sentada bajo el ciprés te añora sin saber por qué.

Desde mi pecho rompiste mi alma y saltaste mi emoción: confío en ti.
Confié en ti, pero vaya, me traicionaste.
Confío ciegamente y me traicionaste.

Con el amor de mi corazón, te jugaste a mi amada.
Traicionero, te robaste mi alma, poco hombre.
Y no te perdono, al menos, no por ahora.
Pues algún día te perdonaré pero jamás olvidaré.

Clavada en mi pecho estará.
Traición.
Y pues tú perdiste un amigo y no volverá.